Había una isla a 90 millas de Miami y 90 de la
bonita isla de Cuba, un islote muy grande y frondoso llamado: Isla de los Pájaros.
A esta isla llegaron unos barcos grandes y con muchos marineros y sus capitanes
a bordo. Estos gritan “echar anclas” los marineros obedecen y también echan las
redes. Todos bajan con sus machetes y abriéndose paso entre la maleza cortando
todo lo que encuentran a su paso, esta es grandísima e inmensos arboles. De pronto
se tienen que tapar los oídos del ruido tan grande que hacen toda clase de pájaros:
loros papagayos cotorras golondrinas ardillas y abejas que no dejan de picar a
los pobres hombres.
Por fin llegan al centro de la isla, y con gran
asombro, ven una inmensa pradera verde y en medio un gran lago de aguas
profundas, de pronto todo está en silencio y del medio del lago ven salir una
cabeza de cristal muy alta y alrededor toda clase de joyas que jamás hayan
visto ser humano; oyen una voz que dice:
Si os acercáis a mi todos os volveréis de cristal
como yo, pero un pobre marinero no la oye los demás se van y el pobre se acerca,
la diosa le da la mano para que salga del agua y entonces al tocarse los dos se
vuelven humanos y se alejan mirándose a los ojos. Los pajarillos vuelven a
cantar
Ana Mª de Santos
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